domingo, 20 de abril de 2014

Mi alma tiembla sólo de pensar que sabes de mi que un minuto de tu ocupado tiempo lo has dedicado a esta pobre alma enamorada que muere cada día por ti. Que te entregó su voluntad para que fueses dueño de ella. ¿Qué más tengo que decirte? ¡Qué te quiero con locura! Mi esencia ya es tuya que recibo con agrado esta condena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario