Enmudecería a las musas que de madrugada me susurran poemas de amor, más quiero me dicten poemas de la vida, de lucha contra la mezquidad, contra la avaricía. Se alejan pizpiretas cantándole al amor, insisten en alabar tus defectos, transformándolos en virtudes. ¡Que osadía la mía pretender escribir de la vida! Siguen juguetonas glorificando Lo magnífico y bello que eres, ¡Él es tu muso! ¡Escríbele poesía! ¡No callarán por este día!. Más cuando las llamo con dudas en mis poesías, niegan su guía. ¿Para qué estáis si no mis traviesas Musas? si no para ser mi guía. Versos compuestos, versos sencillos, miles de rimas, Me siguen enredando en dulces melodías, amor, rubor, dulzor, todo en él es poesía. Para que luchar contra mis guías, ganaron la batalla, escribiré lo que me digan.