Acaricio la noche.
Ya en la madrugada
Mis ojos se adaptan
a tu mirada
Cálida y tierna.
A veces extraña
no aceptas mis besos
mis abrazos son espadas
que te hieren el pecho
Sin dejar lugar a la nada
cautiva de mentiras fui
mártir de alabanzas
Cruce la frontera
del bien y del mal.
aguardando callada
Oír un lamento de tu voz
Y acudir rauda a la llamada
De los corazones
vencidos en duras
Batallas
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