Los gritos del silencio
ensordecen mi alma.
La carencia de tus abrazos
apaga la sed de mis labios
que se ajan.
El deseo fenece
de rodillas,
en este mundo que nos mueve.
La realidad es la ficción
del corazón que no siente.
Silencio, olvido
la amargura mató
al gemido.
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