Corazón no latas en su pecho,
late en mi mano,
unéte al mío
y no abandones mi cuerpo,
que va muriendo lentamente
en el frío sendero
que un día recorrío mi esencia.
Vuélvete plegaría
para este cuerpo hueco
vacío de sentimientos
que dejaste un día
abandonado a su suerte,
a su muerte sin fin
en la agonía de vivir sin tí.
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