Somos meros amantes de las letras. Capaces de sentir placer por el hecho de tener el pincel entre los dedos y plasmarlo luego en lienzos, que muestran la maldad del hombre. Que en su nombre todo se dice hacer. Somos meros amantes de la luna, flotar en ella y posar en el mar los pies nos da placer. Somos niños que se creen pérdidos, cuando nos encontramos solos estamos acompañados, y entre multitudes la soledad nos lleva, nos ciega de avaricía, ya sin tener vista ves el mundo como es. No creas como cierto lo que te cuenta este poeta, enamorada de su muso, pero mantiene guerra con el hombre que tras su rostro se esconde el niño chico, con el que juegan a creer que domina el mundo, cuando este hipocrita mundo lo maneja pues, aquellos que con limosnas llenan sus balcones con el pan de los pobres y gritan en sus palacios que el mundo está en sus manos, y no en las del poeta, con su pluma y libreta expresa este mundo al revés.