Amamos destruirnos,
Con guerras internas capaces de aflorar a los peores cobardes que conocimos pues.
Vivimos en eterna lucha, por la simple duda de ser o no ser,
Cuando lo meramente importante es tenerte delante y estrecharte
hasta perder la razón en ese instante y aflore la valentía en ese momento, y dejar de luchar conmigo misma, y preguntarme si te ame tal vez.
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