jueves, 4 de junio de 2015

Sus ojos hablaban, invitaban a entrar en su mágico mundo, aquel que temía acceder y no querer salir. Sus ojos me abrazaban, eran nudos de pasión, frenesí él era deseo. Sus ojos eran ternura dulce mirada de un niño, sin la inocencia pérdida.

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