No olvidaré el instante
que tus ojos se fundieron
con los míos.
El ocaso dio preludio al alba
Y mi cuerpo desnudo,
te buscaba
acurrucada en la mañana
tanteado entre las sábanas.
Melodía era tu voz en mis oídos,
no era cordura
sino locura
la que me hizo sentir
tanta desazón.
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