jueves, 4 de junio de 2015

El roce de tu piel inmortalizó mi alma. Me desprendí de la coraza de acero que envolvía mi corazón vulnerable, peque de codicia por tu cuerpo. Venerado por mí ciego, sin sentimientos. La tormenta de mis dudas me aleja de la tierra ahora marchita simulacro de ideas de obtener tus caricias. Me enseño el sino arrancar de mis entrañas esa angustia por ti .. Que mata. Vestí tu cuerpo de miles pétalos adornaron tu pecho y.. yo besé, bebí de ellos hasta fenecer en tu lecho.

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