El roce de tu piel
inmortalizó mi alma.
Me desprendí
de la coraza de acero
que envolvía mi corazón
vulnerable,
peque de codicia por tu cuerpo.
Venerado por mí
ciego, sin sentimientos.
La tormenta de mis dudas
me aleja de la tierra
ahora marchita
simulacro de ideas
de obtener tus caricias.
Me enseño el sino
arrancar de mis entrañas
esa angustia por ti
.. Que mata.
Vestí tu cuerpo
de miles pétalos
adornaron tu pecho
y.. yo besé,
bebí de ellos
hasta fenecer en tu lecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario