No es llanto
son ríos que nacen
en mis párpados.
No es dolor,
el que siente mis brazos,
es tu ausencia
que me convierte en presa
de mi vanidad.
Huyó de mis fantasmas,
de los que te amaron
soy dueña de mi soledad.
Miro el espejo
busco el reflejo
de la niña que te idolatro
soy cautiva de mis tormentos.
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