lunes, 23 de junio de 2014

Te robarán el alma, aquellos que practican la calma. Rudos corazones, que ya quisiera haberlo tenido Herodes. Sé fuerte: ¡mi niña! Ya me encargo de ponerte la zancadilla. Para que te levantes después, y tu compañero de juegos sea el barro otra vez. No deshojes margaritas, a ti corresponde pincharte con mil espinas, melancolías las justas, la vida no es así de dura, son otros corazones, los que imponen sus miedos a tropezones, y te hacen ver el mundo al revés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario