lunes, 9 de junio de 2014

Oígo el eco del tiempo de los pasos pérdidos entre los almendros. Entre el dulce aroma del recuerdo de la infancia feliz y de los sueños. Oígo el eco del tiempo, de los que ya no están y se fueron, Los que te acompañan invisibles y guían tus pasos sin tropiezos. Oígo el eco del tiempo, el que hábita en mi memoria, recuerdos del ayer.

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