Oígo el eco del tiempo
de los pasos pérdidos
entre los almendros.
Entre el dulce aroma del recuerdo
de la infancia feliz y de los sueños.
Oígo el eco del tiempo,
de los que ya no están y se fueron,
Los que te acompañan invisibles
y guían tus pasos sin tropiezos.
Oígo el eco del tiempo,
el que hábita en mi memoria,
recuerdos del ayer.
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