martes, 29 de abril de 2014

Tengo el alma rasgada por tanta hipocresía. Dícense llamarse amigos, pero huyen tras la primera esquina. Te acompañan por el camino de rosas, pero no por las ortigas. Creen a veces que somos la molesta chinita del zapato,que del talón se quita. Bailes de máscaras, que ocultan sus rostros, más intentar verlos sería peor que morir en el potro. El dolor sale en forma de versos feos, pero a cual más sincero. De novia es la inocencia, de negra la envidia y la hipocresia que palidece las almas en esta tierra mía.

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