lunes, 30 de diciembre de 2013
Hiere el cobarde,
el que se cree fuerte,
de moral y conciencia,
limpio e inmaculado,
pero es sepulcro viejo,
lleno de ponzoña,
lanza dardos envenenados,
su lengua afilada,
como daga que atraviesa el alma,
no basto destruir a la persona,
ahora se dedican a corromper su alma,
levantando chismes de viejas.
cuyos cuerpos se marchitan de viejos
pero no edad,
de espíritu,
y con sus chismes,
intentan quebrantar el alma de otras
ordinarias y soeces tal vez fueron mis palabras
más el mensaje transmitieron,
y eso es lo que más me merece.
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