viernes, 9 de agosto de 2013

Escribía para escapar


de la cruel realidad,

el único pájaro de libertad,

me lo han envenenado,

de la cruel y puta envidia,

esa putrefacta y mal oliente,

capaz de provocar,

la más cruel de las guerras,

y en la cuál cuando entras en batalla,

nadie escapa,

la lucha interna contra uno mismo,

capaz de reflejarse,

como un espejo,

frente aquél que nada de tu guerra sabe..





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